Hay momentos de pareja que son difíciles y traen conflictos: la llegada de un hijo, dificultades económicas, infidelidad, falta de deseo, desencuentros con la familia extendida, celos, la rutina o la cotidianidad.
Muchas veces ocurre que las parejas no encuentran la forma de solucionar los problemas, de mantener un diálogo respetuoso o demostrarse cariño. El conflicto y la agresión se agrandan y entran en un círculo sin salida. En estos casos la terapia de pareja puede ayudar mucho.