El Sentimiento de Culpa: Una Gran Excusa Para Ser Infeliz.

¿Te has sentido culpable por algo que has hecho o dejado de hacer? La culpa puede ser una emoción abrumadora y paralizante que nos impide disfrutar plenamente de la vida. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que hay motivos para no sentir culpa?

Qué es la culpa.

La culpa es una emoción que surge cuando nos sentimos responsables de algo que ha salido mal o cuando creemos haber incumplido una norma social o moral. También podemos sentir culpa cuando incumplimos una expectativa o ideal que nosotros mismos hemos construido. Pensamos que “deberíamos” comportarnos de cierta forma, o incluso atribuimos ese pensamiento a los otros: “los otros piensan que yo debería…”.

En este sentido, la culpa tiene mucho que ver con el “deber ser”, con lo “supuestamente” correcto, ideal, perfecto. Surge cuando nuestras necesidades y deseos van en contra de eso que hemos imaginado y construido como “lo correcto”, lo que “está bien”.

¿Quién decide qué es lo correcto para ti? 

¿Quién evalúa qué está bien y que no está bien en tu vida?

¿Qué es lo que te hace sentir culpable? ¿Es una situación concreta, una demanda y exigencia tuya o de los demás?

La culpa puede ser una oportunidad para reflexionar sobre tus acciones y aprender de tus errores. No te culpes en exceso, pero tampoco minimices la importancia de asumir la responsabilidad de tus actos.

La culpa no debería ser un motivo para castigarte a ti misma por situaciones que no están a tu alcance, que no puedes cambiar o que no son tu responsabilidad. Por ejemplo sentirte culpable por “ser diferente”, por no cumplir las expectativas de los otros, porque te va mejor que a los otros, porque no eres perfecta…

La culpa puede ser paralizante y no siempre justificada. La culpa surge más cuando esperamos e imaginamos situaciones ideales que cuando nos acercamos a la realidad.

Algunos motivos por los que no deberías sentir culpa:

  1. La culpa no te hace mejor persona: Sentir culpa por algo que has hecho o dejado de hacer no te convierte automáticamente en una persona más responsable o comprometida. De hecho, puede impedirte avanzar y aprender de tus errores.
  1. La culpa puede ser injusta: A veces nos sentimos culpables por situaciones que escapan a nuestro control o por demandas excesivas de los demás o incluso nuestras. En estos casos, la culpa es injusta y no está justificada. Sentirte culpable por cosas o situaciones que no puedes cambiar, no tiene sentido.
  1. La culpa puede ser un obstáculo para tu felicidad: Sentir culpa de manera constante puede impedirte disfrutar de los buenos momentos y sentirte plenamente feliz. No permitas que la culpa te robe la alegría de vivir.
  1. La culpa no te libera de tus responsabilidades: Sentir culpa de manera excesiva no nos libera de las consecuencias de nuestros actos. 

Trabajar sobre tu sentimiento de culpa, liberarte de responsabilidades que no te corresponden,  dejar de lado expectativas e ideales que no te conducen a nada, te hará sentir mejor y más libre para  disfrutar la vida. 

No dejes que el sentimiento de culpa te impida alcanzar tus sueños o  hacer lo que te hace bien o lo que te gusta. No hagas del sentimiento de la culpa una gran excusa para ser infeliz. 

Natalia Sladogna. Psicóloga.

Deja una respuesta